6.8.07

Fumando Ideas...


Otra semana más se termina, llena de calor, desvelo y cigarros.

El día de hoy me dieron ganas de escribir pero la verdad no tengo ni idea sobre que, solo estoy fumando ideas truncas, solo estoy dejandome llevar, veamos que pasa.

Me encuentro sentado en la computadora 9 del Cybercafé El Marciano, Ruiz Cortines S/N a 100 Metros al Poniente de Rangel Frías, acera Norte. A mi lado se encuentra La LOCA Uuuuy que miedo de vieja. Pero esta tranquila, tosiendo mi humo y escribiendo con un teclado que tiene una pata metida y otra salida y haciendo un ruido constante al teclear... Que nadie le ha explicado que los teclados tienen patitas... sufre porque quiere... y porque quiero.

Son las 2 de la mañana y dentro de unas horas, 8 y media, tengo que comenzar a trabajar. No me preocupa mucho dormir pues se que el día será tranquilo, ya habrá tiempo para descansar despues de la primer clase.

Por si alguien no lo sabe, soy 'Instructor' de computación, no soy Maestro ni mucho menos, estoy lleno de dudas pero tengo mucho rollo y funciona. Me pagan poco y no tengo seguro, Infonavit ni prestaciones, pero me divierte y me hace sentir útil, me gusta ver a gente mayor tratar de entrar en este universo para ellos desconocido, todos llenos de inquietudes y con ganas de preguntarme todo. Pero todo a su tiempo, les digo yo...

Ahorita tengo una alumna muy especial, su nombre es Dolores, tiene 83 años y es un caso peculiar, he tenido gente similar pero no es muy común, sus problemas son diferentes, sus problemas comienzan con dar un simple click, presionar Enter y recordar la función de algunas teclas, ni que decir de la pantalla, su vista es limitada y a veces no logra ver donde le apunto con insistencia, cualquiera diría que me desespera de no ser porque a veces me asombra mi propia paciencia, porque antes que mi tiempo esta el suyo, el simple hecho de verla ahi hacer un viaje diario desde quien sabe donde hasta el congestionado centro de Monterrey para estar 90 minutos frente a un aparato que simplemente no es de su época, teniendo seguramente mil detalles mas importantes en que pensar, titubeando para andar y con problemas para escucharme y seguirme. Pero siempre ahi, puntual y con una chispa envidiable.

Su situación me llena de análisis y preguntas... No me imagino llegar a su edad, y de hacerlo, no se si tendré todavia inquietudes de aprendizaje, no creo tener su energía y dudo mucho tener ganas de que un niño -al menos eso soy yo para ella- me diga que hacer. De su vida sé poco y dudo que vaya a enterarme de mucho, pero aunque no la conozco le tengo un peculiar aprecio.

Veo a mi abuela, la única que me queda, y en parte la única que tuve... Muy desganada y con menos brillo del normal en sus hermosos ojos verdes... Doña María, María de los Angeles Sifuentes Viuda de Guajardo, está también entrada en años y su situación es diferente, sus inquietudes son jugar a la Lotería, platicar y platicar de lo que cuentan las vecinas, lo que sucede en la familia y lo que dicen por ahí, lo que vivió cuando era joven y lo que la hacen renegar sus hijas, que no son como en sus tiempos, sus nietos, que no la respetan como quisiera. Convive siempre con su eterna compañera, Gelita, Maria de los Angeles Guajardo Sifuentes, Gelacia Piña, Gelatina Royal... La tía enferma pero siempre la mas llena de energía, de vida, que la vida la llevó a ser comáñera fiel de su madre, la cual dice, ya está 'Chocheando'.

La recta final de la vida es curiosa, es hermosa, es mas simple que cualquier cosa, esta llena de recuerdos y de marcadas maneras de pensar, es una época de tranquilidad y la incertidumbre rara vez aparece como uno podría llegar a pensar, la vejez es una Mierda dijo Don Humberto, que será de él, no lo sé, me encantaría saberlo... Pero el curso natural de sus vidas es algo que no tengo porqué afectar... Recuerdo al buen Humberto con alegría, el era un anciano lleno de juventud y un hombre digno de admirar, recuerdo a Pancho Montes, don Sotero Francisco, el gran jugador, el gran empresario, la gran y noble persona, su hermosa esposa, Lulú, Doña Lourdes Islas, una mujer de pantalones pero hermosa y sencillisima... Recuerdo a mi otra abuela, esa que nunca tuvo tiempo de dar a sus nietos un lugar, ella estaba en otro lado, sus necesidades eran otras, y la entiendo, la entiendo y la quiero tanto como se puede querer a alguien que nunca te nació amar... Recuerdo a Chester Perez, alumno cubano de sonrisa hermosa y una voz imponente y que me es difícil imitar... Recuerdo a Don Miguel Osuna Westrup, hombre de carácter, fumador apasionado y alburero sin igual, trabajador impresionante y de carisma peculiar... Recuerdo a tantos de mis alumnos pero ellos en particular, siendo un poco mas de edad se me guardan en la mente y siempre que los recuerdo me hacen sonreir... Su chispa de gente grande me ha hecho tanto madurar y es por ellos mas que nada que la vida me parece tan sencilla... Porque ellos han vivido tantas cosas y tienen tantas historias que contar que mas que ser su maestro me gustaría tomar una silla y que ellos me enseñen a vivir la vida.

Y heme aquí fumando ideas y recuerdos y pensando si algun día alguien me recordará, no por lo que haya hecho de joven sino por poder llegar a viejo y conservar una sonrisa llena de juventud.

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