Hoy, tras viajar por microuniversos de la vida, terminé aterrizando en un lugar que me es común y diario, pero desde que llegué a él, algo me sorprendió.
El lugar brillaba de una forma impresionante, y entre todo lo ordinario, se dibujaba un restaurante, palabras como 'Guarro' y 'Acuarela' captaron toda mi atención, y desde el primer segundo, algo dentro de mi pulsó.
Latidos, le llaman unos, no se exactamente que fué, fue tan inesperado, extraño y nuevo para mi, que fruncir el ceño y frotarme la frente fue todo lo que entendí.
Se que no me hago entender, esa no fue nunca mi idea, tan extrañado quedé como queda el que esto lea... Un instante de impresiones y una plática fluida, un altar y la memoria que casi siempre se olvida...
Y tras momentos extraños y unos ojos deslumbrantes, de pronto me quedo solo, y falto de buenas frases, el angel del restaurante se fue a seguir su travesía, y me dejo confundido, pero con una gran sonrisa. No tengo el nombre ni la imagen, todo fue tan derrepente, y lo unico que recuerdo es su presencia aqui presente... Se fue y no le dije nada, que mas podía yo hacer! Si algo me da consuelo, es que prometió volver.
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